20.11.08

Pornografía Infantil NO

A Través de la Infancia se suma a esta Campaña en contra de la pederastia y pornografía infantil. Hoy 20 de Noviembre se celebra el Día de los Derechos de los niños, recogidos en la convención internacional de la ONU en 1989; estos son:

1.- Derecho a la igualdad.
2.- Derecho a desarrollarse en condiciones dignas.
3.- Derecho a un nombre y a una nacionalidad.
4.- Derecho a la sanidad.
5.- Derecho a la integración de todos los niños diferentes.
6.- Derecho a crecer al amparo de la familia.
7.- Derecho a la educación y al juego.
8.- Derecho a recibir auxilio y protección.
9.- Derecho a la protección contra los abusos.
10.- Derecho a formarse en un mundo solidario.

Medidas preventivas contra la pederastia infantil

Prevenir el abuso sexual infantil es una tarea difícil para los padres, cuidadores, y la sociedad en general, aunque todos debemos estar involucrados en ello. Los padres y demás adultos cercanos al niño, antes de saber el grado de equivocación con el que hacen las cosas, han de tener la oportunidad de hacerlas bien. Los padres a menudo ignoran el modo en el que han de enfrentarse al cuidado de sus hijos y sus necesidades, lo que hará que el niño sea un aprendiz a través de ensayos y errores. Antes de considerar medidas preventivas más directas, los padres deben primero promocionar el buen trato a los niños. Es decir, reconocer al niño como persona y sus derechos, respetar el desarrollo evolutivo del niño, establecer empatía y comunicación efectiva con él, crear un vínculo afectivo e interactivo, y resolver sus problemas de una forma positiva y no violenta.

¿Qué puedes hacer?

- Dile a los niños que “si alguien trata de tocarte el cuerpo y de hacerte cosas que te hacen sentir raro, dile que NO a la persona y cuéntamelo enseguida”.

- Enseña a los niños que el respeto a los mayores no quiere decir que tengan que obedecer ciegamente a los adultos y a las figuras de autoridad. Por ejemplo, no les digas “siempre tienes que hacer todo lo que los adultos te manden” ni les obligues a besar a otros en contra de su voluntad.

- Habla claro con tu niño o niña sin tabúes ni prejuicios sobre los temas de la sexualidad y explícale que “son juegos de adultos”.

- Explícale la diferencia entre una expresión de cariño y una caricia sexual.

- Escucha sus dudas y responde a sus preguntas con sencillez y serenidad.

- Demuéstrale confianza para que exista una mejor y mayor comunicación.

- Deposita confianza en el niño si te comunica que está en riesgo de ser abusado sexualmente y protégele con todos los medios a tu alcance.
- Demuéstrale aún más tu cariño y afecto.

¿Qué le puede pasar a un niño/a si sufre un abuso sexual?

El papel de la familia es esencial en la recuperación física y emocional del niño que ha sufrido de abuso sexual. La atención que se le ha de proporcionar a este niño no debe únicamente centrarse en el cuidado de sus lesiones físicas, sino debe ser coordinada entre distintos profesionales dándole también atención psicológica. El niño que sufre o sufrió algún abuso sexual sufrirá consecuencias de corto y de largo plazo.
El Manual de Prevención del Abuso Sexual Infantil, publicado por Save the Children, expone las siguientes consecuencias:
- Físicas: pesadillas y problemas de sueño, cambios de hábitos de comida, pérdida de control de esfínteres.
- Conductuales: Consumo de drogas y alcohol, fugas, conductas auto lesivas o suicidas, hiperactividad, bajada del rendimiento académico.
- Emocionales: miedo generalizado, agresividad, culpa y vergüenza, aislamiento, ansiedad, depresión, baja estima, rechazo al propio cuerpo.
- Sexuales: conocimiento sexual precoz e impropio a su edad, masturbación compulsiva, exhibicionismo, problemas de identidad sexual.
- Sociales: déficit en habilidades sociales, retraimiento social, conductas antisociales.
Existen consecuencias de la vivencia que permanecen o, incluso, pueden agudizarse con el tiempo, hasta llegar a configurar patologías definidas. Por ejemplo:

- Físicas: dolores crónicos generales, hipocondría o trastornos psicosomáticos, alteraciones del sueño y pesadillas constantes, problemas gastrointestinales, desorden alimentario.

- Conductuales: intento de suicidio, consumo de drogas y alcohol, trastorno de identidad.

- Emocionales: depresión, ansiedad, baja estima, dificultad para expresar sentimientos.

- Sexuales: fobias sexuales, disfunciones sexuales, falta de satisfacción o incapacidad para el orgasmo, alteraciones de la motivación sexual, mayor probabilidad de sufrir violaciones y de entrar en la prostitución, dificultad para establecer relaciones sexuales.

- Sociales: problemas de relación interpersonal, aislamiento, dificultades de vinculación afectiva con los hijos.

Lamentablemente, muchos niños y niñas en todo el mundo sufren abusos sexuales y padecen indefensos e impotentes a manos de su agresor. No podemos detener a todos los agresores, pero sí podemos proteger a la infancia de esta práctica. La clave: respétales y les enseñarás a respetarse a sí mismos; escucha su opinión y así alzarán la voz; no pretendas que digan siempre sí, a veces decir NO puede salvarles.

12.11.08

Hablar de la muerte a los niños (2ª parte)

Para comunicar la noticia a mi hija, utilicé un cuento de “Caillou aprende a ser mayor” en el que encuentra un pajarito muerto y su papá le dice que el parajito se murió porque era muy viejito. Después le hablé de la muerte de la perra, que no había muerto por ser muy vieja sino porque se puso muy enferma y el veterinario no pudo curarla.
Estas son las preguntas que surgieron:

Pregunta: -Abuelita es vieja ¿se va a morir?
Respuesta: -Nooooooooo, abuelita es un poco vieja, pero hay que ser muy muy viejo para morirse.

Pregunta: -Abuelito es más viejo que abuelita, ¿se va a morir abuelito entonces?
Respuesta: -No, hay que ser muuuuucho más viejo. Los abuelitos todavía van a estar mucho tiempo con nosotros.

Pregunta: -¿Qué es morirse?
Respuesta: -Morirse es cuando el cuerpo deja de funcionar, y ya no respira, ni late el corazón, ni se mueve.

Pregunta: -Tú estás enferma, ¿te vas a curar o te vas a morir?
Respuesta: -Yo estoy malita de catarro y me voy a curar enseguida. Cuando nosotros nos ponemos malos son cosas pequeñas que se curan. Xana se puso enferma de algo muy grave que no se podía curar.

Pregunta: -¿Todos se mueren?
Respuesta: -Todos los animales y las plantas se mueren algún día, cuando ya están muy viejos, y luego nacen más plantas y más animales pequeñines.

Pregunta: -¿Dónde está Xana ahora?
Respuesta: -Está en las estrellas. Cuando alguien se muere, el cuerpo se entierra y la energía que tiene dentro sube al cielo y se transforma en una estrella.

Pregunta: -¿La gallina de Aida también se murió?
Respuesta: -Eso es, la gallina de Aida se murió porque era muy muy viejita. Igual que se mueren a veces los peces del acuario.

Pregunta-afirmación: Yo soy joven, yo no me voy a las estrellas.
Respuesta-confirmación: Nooo, tú eres muy joven.

Pregunta: -¿Todos están en las estrellas?
Respuesta: -Sí, todos están en las estrellas, brillan de noche para que podamos verles y nos cuidan.

Pregunta (la más inocente y bonita): -¿Me puedes bajar otro día una estrella para poder mirar dentro y ver bien a Xana?
Respuesta (igual de inocente que la pregunta): -Claro cariño, otro día.

Después de la tanda de preguntas, vino el duelo. Lloró su ausencia unas horas pero luego se le pasó y lo asumió. Ahora, cuando a veces llegamos de noche a casa, mira al cielo y me dice: “Mira mamá, ¡he visto a Xana!” y miramos juntas las estrellas.

Espero que este ejemplo personal pero creo muy ilustrativo pueda serviros si algún día tenéis que hablar de la muerte a los niños.

3.11.08

El chupete

En los primeros años de vida el placer se encuentra localizado principalmente alrededor de la boca, y vinculado especialmente a la lactancia. También la boca es el medio empleado para explorar y aprender (los niños se llevan todo a la boca, lo que les proporciona placer y nuevos conocimientos al mismo tiempo), y la parte del cuerpo sobre la que más control tienen en el inicio de la vida. La succión continua es, por lo tanto, una necesidad fundamental del bebé. Esta succión debe darse preferiblemente del pecho materno pero, en caso de haber recurrido al chupete por unos u otros motivos, la fase del "destete" se produce de la misma manera; y cierto día nos veremos obligados a decidir si "destetamos" bruscamente o esperamos a que él mismo lo decida. Aunque la voz popular recomienda quitar el chupete al niño como máximo a los 2 años, lo cierto es que hacerlo a esta edad, e incluso a los 3, suele ser complicado. Por un lado, esto se debe a que a esta renuncia al chupete viene a sumarse a las muchas otras renuncias que suelen darse en pocos meses (pañales, sillita, cuna, trona…); por otro, a que en esta se edad se produce una vuelta a la madre y, por lo tanto, mayores necesidades afectivas; y por último, a que el placer oral sigue siendo a los 2 años una necesidad.

El argumento principal que se utiliza para retirar el chupete a los niños antes de los 2 años son las posibles malformaciones dentales. Sin embargo, todos los artículos publicados en los tratados de odontología se refieren a la dentición temporal. En ellos se afirma que la succión continua no nutritiva durante más de 2 años produce cambios en la dentición temporal pero que siempre que el hábito se interrumpa antes del inicio de la dentición definitiva, las posibles maloclusiones o deformaciones del paladar se recuperan y vuelven a la normalidad en unos 2 meses.
Además, hay evidencias de que el uso del chupete es menos lesivo para la oclusión que la succión del pulgar, particularmente porque el chupete es abandonado de forma espontánea frecuentemente antes los 4 años de edad. La succión del dedo presenta un riesgo superior de prolongarse más allá de la edad preescolar, y por ello algunas autoridades recomiendan, para niños que demuestran necesidad de succionar, el uso de chupete.

En el caso de darse otitis medias de repetición, el uso del chupete puede ser un factor agravante de la situación y, en ese caso, se recomienda limitar su uso a los momentos en los que el niño va a dormir.

Eliminados, pues, los tan mencionados riesgos, no existe realmente ninguna necesidad de provocar una pérdida al niño de uno de sus principales objetos de apego. Probablemente, lo abandonará por sí mismo antes de acabar la educación infantil y, en caso contrario, a los 5 años contará con más capacidad de razonamiento y más armas emocionales para renunciar a él.

Todos hemos tenido algo (o alguien) por lo que sentimos un fuerte apego. Algo o alguien que nos ha proporcionado placer, que nos ha consolado en los momentos bajos, que nos ha acompañado como un amuleto cuando estábamos nerviosos, que nos ha hecho sentir mejor cuando estábamos enfermos. Seguro que se podría hacer una larga lista de los objetos más inusitados, y no digamos ya de las personas que han sido fundamentales en algún momento de nuestras vidas. A lo mejor alguien dijo alguna vez que no necesitábamos “de verdad” ese algo, que teníamos “demasiada dependencia”, que ya éramos mayorcitos para “eso” e, incluso, que sentir un apego tan fuerte nos perjudicaba.

Yo propongo que nos pongamos un poco en la piel de nuestros hijos antes de quitarles un objeto de apego que es realmente importante para ellos. Pensemos en si realmente le está perjudicando, en si está emocionalmente preparado o bien está atravesando precisamente en estos momentos una etapa complicada, en si se muestra muy apegado a ello o sólo recurre a él en ocasiones… Hay que valorarlo todo sin dejarnos guiar por lo que diga la gente. Porque desgraciadamente a veces les hacemos sufrir innecesariamente, tan sólo por no saber soportar la presión social, o por no contar con información veraz y contrastada sobre el tema.

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